A la final

Ayer por la noche fue uno de esos días que siempre se recuerdan. La selección ganó la semifinal contra Rusia.
Los últimos días antes del encuentro, la prensa española estuvo intentando remediar el posible fallo de nuestra selección argumentando que los rusos estaban crecidos desde el segundo partido de la Eurocopa (ya que el primero les habíamos ganado por 4 a 1) y a partir de entonces hecho unos partidos geniales ganando entre otros a Holanda (una de las favoritas inicialmente).
El combinado español salió al campo con ganas de hacerlo bien, y empezaron bastante igualados, sin arriesgar mucho ninguno de los dos equipos.
Fue mala suerte que David Villa (el guaje) se lesionara en los primeros minutos del partido, pero aún así, aguantaron toda la primera parte sin encajar un gol.
Toda España estuvo nerviosa mientras el descanso, ya que un empate nos llevaba a los temidos penaltis, y aunque tenemos a Iker, preferimos no arriesgar.
Al comenzar la segunda parte, la selección española salió a darlo todo en el campo, y en pocos minutos, Xavi nos adelantó en el marcador.
Consiguió cambiar nuestras caras de preocupación a unas caras de alegría que todavía pedían otro gol para asegurar el resultado.
Un rato después, nos volvimos a alegrar gracias al segundo gol de Güiza en esta competición.
Ya desbordábamos alegría cuando Xavi Alonso metió el tercer gol de España. En ese momento todos vibramos, nos abrazamos con el de al lado (Felipe con Letizia, ...) y empezamos a disfrutar pensando que ya estábamos metidos en la final, ya no era sólo pasar de cuartos, sino llegar a la final, y con posibilidades de ganarla.
Así que el domingo estaremos todos (supongo que será un nuevo record de audiencia) pegados a la televisión ya sea en casa, en un bar, en Colón, en la Plaza Mayor de Móstoles, en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, en la plaza de toros de Palencia o en cualquier otro sitio con pantalla gigante.
Si ganamos, el post que escribiré va a rebosar de alegría por los cuatro costados, pero lo merecerá.
Ahora sí que tenemos que decirlo: ¡PODEMOS! y vamos a hacerlo lo mejor posible para ganar a la temida Alemania, que a pesar de llegar a la final no ha hecho una Eurocopa maravillosa.

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